De todas las vidas que has tenido, esta fue la que me llenó más.
De todas las almas que has tenido, esta fue sin duda, la más oscura, la más mía.
El negro sujetador prendido de las cuerdas de la guitarra.
Jugando -o no- al billar en un callejón de mentira.
Desayunando vodka en la arena de una playa andaluza.
Porque tu acento era un infierno, cabrón.
Porque aún me golpea tu voz cuando me equivoco por error.
Porque por todo (a pesar de), este regalo tuyo me hace feliz.
Porque vuelves, claro. Siempre lo haces.
Y aunque tengas otra cara y otra alma, me alegro de verte.
Etiquetas: Música, Querido Diario
Me encantó tu blog
y te enlazo Ya YA YA pero YAAAA...
Un besote ♥ :))
M.