Si la palabra milagro os ofende, disculpadme.
Quién me conoce bien sabe que mi pecho no puede sino fingirse de colores para tapar lo negro que otros demonios hicieron de él durante demasiado tiempo.
Hoy soy feliz: seguro sabreis permitirme tamaña irresponsabilidad.
Mañana volveré a abrirme el pecho por vosotros y entendereís el sentido que otorgo yo a eso que llaman milagro.
Ahora si, me vuelvo a ese sitio desconocido y perplejo.
Prometo volver cuando todo vuelva a su sitio y vuelva a ser tan negro como siempre lo ha sido...
Etiquetas: Querido Diario
Si puedes no vuelvas.
O demorálo al máximo.
Besos.