Iba a desgranar el último panfleto propagandístico recogido de mi parabrisas en estas pascuas pero me acordé de algo que vi anoche y que me parece mucho más interesante y, por supuesto, abstrayente y evocador.
Anoche,
No disparen al pianista, un emulador de programa musical que tiene momentos de genialidad perversa -como hace unas lunas, cuando me (re)descubrieron a
Sunday Drivers-, cerraba con la actuación de la Pin-up
Vinila Von Bismarck, perteneciente a
Krakovia. Y si, vale, me encantan estas cosas.
Betty Grable y Betty Page, un par de grandes damas espléndidas con curvas y sin miedo a la caza de brujas abrió las puertas del purgatorio para todos los que disfrutan de los
si pero no, de las verdades a medias, del poder de unos ojos por encima de la química. Y con ellas se inventó el Pin-up.
Seducción, insinuación, años 40-50 y encajes varios. Yo de mayor quiero ser Pin-up.
Pero no una cualquiera no. Mama, de mayor quiero ser como Dita Von Teese. Podría decir Venus DeMille, Little Miss Risk o Lolita La Vey, pero no. Yo quiero ser como Dita Von Teese. ¿porqué? ¿Porque es la más famosa? Si, pero no por eso aunque tenga bastante que ver.
Betty no sufría de anorexia, ni Dita de bulimia. La ex-señora de Manson tuvo a bien realzar con su fama el espectaculo de la sensualidad del burlesque dejando de lado las aberraciones de sudor y plástico de barra americana de Las Vegas. El cuerpo de la mujer como única arma nuclear mundial. Y esa señora de estilo impecable y candidez adorable no sabe de medidas ni de morfologías de campaña electoral, no sabe de agresividad ni de botox. Esa señora es cada mujer, desde la talla 32 hasta la 52 o más. Dita dice: una mujer es esto. Y yo, que no tengo muy claro cómo ser mujer aunque lo sea, abro la boca y entiendo lo que significa. Hacer del arte de la seducción la seducción del arte.
Yo quiero ser como Dita Von Teese, hacer arte de un tabú y que otras quieran ser como yo y tiren las barbies, britneys y bratzs por el desagüe.
Una mujer no es un objeto bonito a poseer ni utilizar.
Una mujer, dice Dita, es quien puede detener el curso del mundo solo bajando la mirada.
Etiquetas: Arte
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