
Estoy más o menos contenta. Ya sé qué soy. Bueno, ya sabía qué era, pero no tenía una metafora adecuada, una explicación convincente.
Y es que soy un Cronopio que, como todos ellos, llegó tarde al destino que te dan al nacer, y acabé metida en un mundo lleno de Famas y Esperanzas.
Cada vez que llegan estas fechas me da por pensar qué cable está mal puesto en mi cabeza para no ser feliz como todo el mundo y tener un novio con el que discutir por más familiares que no son los mios, comprar regalos para mi madre o hacer alfajores con alguna de mis abuelas -rarísima costumbre popular de esta tierra-.
Llega fin de año y me veo como siempre.
Y los que me rodean me miran a falta de levantar un indice y no precisamente hacia el cielo.
Siempre llego tarde, siempre me mojo bajo la lluvia, siempre pierdo las llaves.
No soy verde, pero casi. Soy un Cronopio.
Y me veo, cual cronopio acojonado, visitando los cimientos de una de mis amigas que aparentemente se criaron en el mismo espacio-tiempo que yo.
Cientos de palabras como griferia, halógeno, moldura, aislante, plaqueta o balaustrada.
Palabras que no tienen nada que ver conmigo ni parece que vayan a tener nunca.
Un montón de Esperanzas: simples, indolentes y aburridas.
Y un montón de Famas: rígidas, organizadas y sentenciosas.
Intenté ser una Fama y por poco muero matando en el intento. Literalmente.
He intentado ser una Esperanza, pero me sigo escapando a mirar las breves luces del puerto reflejadas en el mar de invierno.
Soy un Cronopio. Siempre seré despistada, ingenua, poco convencional.
Lo bueno es que ultimamente voy teniendo momentos de lucidez en los que el tiempo desaparece y la realidad se deforma ante mi: ya no más deborar las joyas del tesoro hasta hacerme sangrar las encias. No más agarrarme al siguiente clavo ardiendo.
Al menos, creo que utilizaré guantes de cocina.
Y si acaba el año igual que empezó o peor (según las intenciones iniciales) es bueno pensar que la vida de un Cronopio es así y no tiene porqué ser ordenada ni sentenciosa. Y muchisimo menos tiene que ser simple e indolente.
Si el 2007 no me trajo lo que queria pero si lo que no esperaba, es bueno pensar que la navidad y ese fin de año serán propias de mi, caoticas, arrebatas, alcoholicas y, por supuesto, llena de Famas y Esperanzas.
Mi mundo ya no lo encuentro, pero con algo de suerte me tropiezo con algun otro cronopio extraviado y este mundo deja de ser un poco menos raro.
muy weno, me entere de la existencia de los cronopios en marzo de este anio, cuando fui a buenos aires a ver a pink floyd (si si, no roger, sino pink floyd) y su lado oscuro de la luna, me quede en la casa de un fulano q conoci a travez de couchsurfing.com, un ser de lo mas pintoresco, que tambien se autocalificaba como cronopio, no soy muy de leer los libros sino mas bien fanatico de las interpretaciones de la gente (blahblahblah).
lo que me gustaria ver, es alguien q se autodenomine un fama ;)