18 oct 2007
Literatura de Mesitas
Anoche me terminé uno de los libros que campan por el par de mesitas de noche que rodean mi cama. Cuando cogí el libro me decidí, más que por el gusto de leerlo, por el disgusto de escuchar a mi madre su infinitesimal: "¿Pero porqué no ordenas todos esos libros? Es imposible que te los estes leyendo todos!"

Pobre mujer. La verdad es que esos recuadros de madera que el mundo utiliza para dejar caer una lamparita hortera y un vaso con más o menos dientes sirven en mi habitación de batalla campal de literatura (y otras cosas). De memoria, más o menos estos son los miembros de cada trinchera:

-El sello del algebrista
-El niño con el pijama de rayas
-Iacobus
-Una leyenda celta
-El significado de la noche
-Tres mangas de Full Metal Alchemist
-Cinco o seis comics de Superman
-Mi libro del instituto de Historia del Arte
-Las Metamorfosis (Ovidio)
-Uno de los dos tomos de Relatos Mitologicos Griegos
-Murphy
-Nanas de Estrellas y Luna (de una amiga mia)
-Narraciones Extraordinarias de Poe (uno de tantos, no entiendo como se le puede llamar igual a tantos recopilatorios diferentes de Poe. Hasta 12 diferentes creo que guardo ya).
-Manual del guerrero de la luz
-La Megacaja con de XF y el dvd portatil sobre ella.
-Una libreta en blanco, varios rotuladores y unos cuantos folios impresos.

Pues bien, SI, que estoy leyéndome todo eso.
Y claro, es un engorro descomunal. Por eso anoche me rematé uno de esos pequeños libritos que campan desapercibidos y pensé que era una buena victima para quitarse de enmedio... Hasta que llegué a la mitad del libro. Entonces, muertos los ojos, no podía dejar de leer y sentirme culpable por lo inapropiado de llamar soldado a ese libro: "El niño del pijama de rayas"


Este libro acabó en mis mamos como tantos otros, por algo que encendió la bombilla: el dibujo de portada, una sinopsis criptica o incluso el titulo. Hace tiempo ya leí el caramelo que resultó ser "El curioso incidente del perro a media noche" y le sumé el que su sinopsis dijera un "no diremos de qué va, es mejor que lo descubras"... Y pensé que era otra bonita historia naif de niños que conmueven y divierten. Y eso era... hasta que Bruno, el niño que cuenta esta historia, me descubría con sus 9 años como tenía que dejar su casa de Berlín porque su Padre habia sido nombrado Comandante después de que el Furias, un tipo bajito y grosero, viniera una noche a cenar. Así, Bruno paso a vivir a la casa junto a ala alambrada donde no tenía con quien jugar hasta que encontró a otro niño, Shmuel, que vivia al otro lado de la alabrada y vestia siempre un pijama de rayas.

Una historia que no irá más allá de lo efimero. No es una buena historia pero si es bonita, sobre todo por su triste e inocente final. Unas 200 páginas que se recuerdan al dia siguiente, al mes siguiente pero no al año.



Eso si, he vuelto a dejar otro libro en su lugar: El Zahir.
Mi madre me va a tirar las mesitas por la ventana.
 
posted by Duckland at 7:58 | Permalink |


1 Comments:


  • At 19 de enero de 2008, 17:46, Blogger ed.expunctor

    Yo recuerdo un libro de la infancia muy bueno: Un duende a rayas, y quizá tiene algo que ver con el niño del pijama a rayas... Al menos las rayas, indiscutiblemente XDDD