Seguramente la culpa la tendré yo.
¿Esquematización, tuneles y coños? Muy bonito todo, si.
Llevo toda la vida intentando ponerme al día, aunque por daños colaterales y culpas mal asumidas, llevo unos 3 años de retraso. O quizá más. Al cambio viene a ser mi mal llamada "deficiencia social".
Horas eternas en un sofá, delante del ordenador, con la mierda hasta la cepa del cuero cabelludo. Y solo porque encontré la forma de vomitarme y estirparme varios cables de la cabeza y bastantes más del pecho, ya no soy digna del selecto grupo de los mártires de la razón. Lo siento, creo.
No se trata de coños, no se trata de reducir al frívolo apetito carnal la conexión de un individuo con la sociedad a la que pertenece, sobre todo, si no hay una sociedad a la que pertenecer. Y por supuesto, no se trata de esquematización. Esa es la ventaja de parecer "normal", que puedo -creo- permitirme frivolizar con pequeños momentos de sincretismo social, suponer durante un segundo que se puede reducir a una imagen ficticia, monocroma y hasta insultante un aspecto tan trascendental como la recreación del sistema de sociabilidad de un ser humano.
No soy mejor que nadie, pero me niego a aceptar que soy peor que nadie. ¿Estoy buscando la palabra "Comparación"? Es posible, Clipo no me ayuda. Tendré que rezarle más o ponerle alguna vela en forma de actualización monetaria.
Efectivamente y si, lo has adivinado. Te hablo directamente a ti, Pedro Cuervo. Acusador y Pacificador. Juez y ¿parte? Cariño, hay cosas que nunca cambiarán. Pero esta nueva vida que tengo me trae un sufrimiento diferente. Algo que creí comprensible, pero veo que no. Si, correcto, me estoy permitiendo el lujo de juzgar -más bien opinar, pero para cada opinante, su criterio es su juicio- y proclamo, brazos en alto y toga al viento: ¡No sabeis lo que estais diciendo!
¿Puedes ser capaz de imaginar por un momento el horror que supone tener que ejercer de bestia social, afable y completamente interesada en la realidad de otros que son tu?
¿Puedes imaginar el esfuerzo que supone mantener esa fachada de bestia social durante una media de 12 horas al dia? "Para eso hiciste periodismo" Cierto! Cierto, claro que si. Aunque yo hice Periodismo porque pensé que podía cultivar aun más mi autismo social dedicándome a la escribanía... Algo muy diferente de pasar dos horas al dia en directo. Muy diferente, donde va a parar!
Pero mi autismo se mantiene. Ya no escribo. Ya no dibujo -algo que me duele más de lo que imagino-. Paso tanto tiempo siendo frívola que cada vez me cuesta más trabajo escucharme y escuchar a quienes me ilustraban. Pero sigo huyendo, y además mucho mejor que antes. Pero supongo que de eso ya te has dado cuenta, mi pequeño viejo Pacificador.
Te quise, te quiero, te querré. Aunque la sangre hirviente que te corre aturullada por las venas me odie por no estar lo que debería, por no ser lo que debería o porque esa sangre tuya haya decidido incluirme en la lista de formulas matemáticas, concediendome una variable enfrentada a la que vos representa. Pero, ay, no soy buena en matematicas, lo mío son las letras. Y las palabras.
Las palabras son pequeñas formulas mágicas maravillosas. Tienen infinito poder, lo sabes, eres un gran mago al que siempre he admirado por ello. Yo vivo de ellas y del uso que les doy aunque no me guste utilizarlas y las prostituya, las pervierta o las secuestre. Y estas palabras virtuales, blancas sobre un mal cuidado negro, no deberian servir para alejarme de vos o al menos, más de lo que me encargo yo en provocar.
Quizá me equivoque pero, con todas las noches de palabras que vos y yo nos hemos dedicado, puede que nos haya faltado alguna más. Ojalá puedas traspasar esta fachada mia y yo la vuestra para concedernos esa charla que falta y restaurar el equilibrio del universo... Espera, no. Nada de equilibrios ni universos. Por mucho que utilice la palabra "frívolo", mi sangre, cada vez más gris sigue prefiriendo lo hermoso y catartico del dulce dulce caos.
Mi querido y pequeño Cuervo:Esta noche de San Juan me acordaré de vos cuando me suba al escenario de las fiestas del pueblo, a mostrar una vez más cuánto puedo prostituir la bestia patizamba y solitaria que nació cosida a mi adn.
Empiezo a no distinguirme y por eso no quiero acercar a quienes ama esa bestia a lo que ahora soy -o parezco-. No espero que lo entiendas, ni espero que hayas derrochado tu tiempo en leer esta retaíla de una mente cansada y mil veces abatida por las pérdidas.
Te quiero. Y eso no ha cambiado desde la primera vez que te ví.
Pero eso son palabras, y tu eres el mago. Yo suelo huir.